El traje de boda | Hoja parroquial del 11 de octubre

TIEMPO ORDINARIO DOMINGO XXVIII: Is 25, 6-10a; Sal 22, 1-6; Flp 4, 12-14.19-20; Mt 22, 1-10

El Reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados encargándoles que les dijeran: ´Tengo preparado el banquete y todo está a punto. Venid a la boda” (Mt 22, 1-14)

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Una invitación a participar en una “boda” siempre es una ocasión para compartir la alegría de los que se casan y disfrutar junto a ellos, la familia y los amigos de la plenitud de la fiesta del amor que es la celebración de un Matrimonio.

Pues bien, hoy, el Padre del novio, que es Dios, nos invita a todos a la boda de su Hijo querido, que es Jesucristo que ha venido a desposarse con la Iglesia, sacramento de la humanidad reconciliada en el amor: “alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su Esposa se ha engalanado y se le ha concedido vestirse de lino deslumbrante de blancura –el lino son las buenas acciones de los santos” (Ap. 19, 7-8). Efectivamente, el libro del Apocalipsis describe a la Iglesia como una novia: “Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba como una novia ataviada para su esposo” (Ap. 21, 2).

El banquete, pues, está preparado, es la Eucaristía, tálamo nupcial en el que Cristo – Esposo viene a hacernos “una sola carne”, a nosotros su Iglesia – Esposa, con Él: “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Ap 3, 20). Este es aquel banquete que –en palabras de San Juan de la Cruz, recrea y enamora el alma.         Pero para participar en este banquete de bodas es preciso llevar un traje especial. Efectivamente, pegaríamos el “cante” si nos presentamos a un festín de bodas con la el traje de diario o de trabajo. Normalmente, los invitados a una boda se engalanan con sus mejores vestidos y trajes. En esta boda que estamos comentando, se produjo un situación embarazosa: “Cuando el rey entró a saludar a los comensales reparó en uno que no llevaba el traje de fiesta y le dijo: ´Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?` El otro no abrió la boca…” (Mt. 22, 11-12). El rey, como vemos, increpa a uno que se ha “colado” en la boda y además, va sin el traje de fiesta; éste al verse sorprendido se ha quedado “sin palabras”. ¿Qué significa el traje de bodas? ¿Por qué es tan importante? La respuesta la encontramos en el libro del Apocalipsis: “su Esposa se ha engalanado y se le han concedido vestirse de lino deslumbrante de blancura – el lino son las buenas acciones de los santos” (Ap. 19, 8). Así pues, el traje, es la vestidura blanca de nuestro bautismo. El día en que fuimos bautizados, nacimos a una vida nueva, fuimos incorporados al Cuerpo de Cristo que es su Iglesia y como “signo” de nuestra nueva condición recibimos una “vestidura blanca”, así reza el Ritual de Bautismo: “N., eres ya nueva creatura y has sido revestido de Cristo. Esta vestidura blanca sea signo de tu dignidad de cristiano. Ayudado por la palabra y el ejemplo de los tuyos, consérvala sin mancha hasta la vida eterna” (nº 155). Por tanto, el traje de boda hace referencia a nuestra condición de bautizados, más en concreto, a nuestra túnica blanca, normalmente hecha de “lino”, que significa las “buenas acciones” de los cristianos.

El Señor viene hoy a preguntarnos ¿cómo son tus obras, tus acciones? ¿tu vestidura blanca, sigue estando blanca, o está ennegrecida por tus pecados y malas acciones? Es impresionante ver como los cristianos del Apocalipsis tenían a gala llevar sus túnicas “rojas” como signo de su martirio: “han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero” (Ap 7,14).

DESDE EL CAMPANARIO

SCRUTATIO SCRIPTURAE: UNA FORMA DE LECTURA ORANTE DE LA PALABRA DE DIOS EN LA PARROQUIA [I]

         Siguiendo el consejo de Jesús a sus discípulos: “Escrutad las Escrituras, ellas hablan de mí” (Jn 5, 39), todos los miércoles de 17 a 19h nos reuniremos en el Catecumenium de la Parroquia de Cristo Rey para tener un encuentro con Jesús a través de la Escritura, una forma orante con la Palabra de Dios en el ámbito de la Parroquia, un día a la semana. Esta oferta parroquial está abierta a todos los fieles que quieran participar, sólo se necesita llevar una Biblia (¡la Biblia de Jerusalén!) un cuaderno y un bolígrafo. Decía San Jerónimo que “ignorar las Escrituras es ignorar a Jesucristo”; pues bien, para ayudarnos a salir de nuestra ignorancia en torno a la Sagrada Escritura, la Biblia, es por lo que ponemos en marcha esta iniciativa parroquial.

            En cada encuentro semanal escrutaremos un versículo del Evangelio que corresponda a ese Domingo, seremos iniciados, así, a la práctica asidua de la “Lectio divina” o “scrutatio scripturae” (Jn 5, 39) en la que Palabra de Dios es leída y meditada para transformarse en oración y adoración. Tras la lectura del Evangelio de que se proclamará en la Eucaristía del Domingo siguiente al día del encuentro, durante una hora en un ambiente de oración y amistad con Jesús, viviremos la aventura dichosa de tener, cada semana, un encuentro íntimo y real con la Palabra de Dios.

La experiencia de estos encuentros de scrutatio scripturae nos  permitirá constatar  aquella bellísima afirmación del Concilio Vaticano II cuando afirma que “la Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor, no dejando de tomar de la mesa y de distribuir a los fieles el pan de vida, tanto de la palabra de Dios como del Cuerpo de Cristo, sobre todo en la Sagrada Liturgia (…). Porque en los sagrados libros el Padre que está en los cielos se dirige con amor a sus hijos y habla con ellos; y es tanta la eficacia que radica en la palabra de Dios, que es, en verdad, apoyo y vigor de la Iglesia, y fortaleza de la fe para sus hijos, alimento del alma, fuente pura y perenne de la vida espiritual. Muy a propósito se aplican a la Sagrada Escritura estas palabras: Pues la palabra de Dios es viva y eficaz, que puede edificar y dar la herencia a todos los que han sido santificados” (cf. Dei Verbum, n. 21). En efecto, en diálogo con la Palabra de Dios, viviremos la experiencia de ver como Dios sale a nuestro encuentro en la Persona de su Hijo, ¡que es su Palabra! y tocará nuestros corazones para transformar nuestras vidas llenándolas de fe, de alegría, de paz y de esperanza. Es cierta la afirmación de San Jerónimo que recoge la misma Constitución Dei Verbum: “la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo” (n. 25).

            Después de una hora de oración, en diálogo con Jesús a través de la Palabra de Dios que Él mismo nos ayuda a interpretar, como hiciera también con los discípulos de Emaús (Lc 24, 27), compartiremos lo que Él nos ha dicho con los que participemos en cada sesión de la scrutatio y discerniremos lo que Dios quiere para nuestra vida, a la luz de la Palabra que siempre es “lámpara para mis pasos, luz en el sendero” (Sal 118, 105) [Seguirá en la próxima HP].

NOTICIAS DE LAS PARROQUIAS

     + CATEQUESIS DE PRECOMUNIÓN-COMUNIÓN-CONFIRMACIÓN: ¡Ya hemos puesto en marcha la Catequesis en estas etapas!  Son los viernes, cada grupo a su hora fijada. Recordad rellenar la inscripción online.

+ CATEQUESIS DE POSTCONFIRMACIÓN: Comienzan los viernes a las 20, 30h y se desarrollan en las casas de los Padrinos.

+ VALDELOSA: El Miércoles a las 12h Eucaristía y el Domingo a las 11,45h.

        + TOPAS: El Viernes a las 12h Eucaristía y el Domingo a las 13, 15h.

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