El altar o la mesa de la Eucaristía

Comprendiendo el significado de los objetos utilizados en la liturgia se comprende mejor la Liturgia. El objeto mas importante de la liturgia es el Altar. En algunos lugares está separada la Capilla de la Celebración de la Capilla del Santísimo que, originalmente, se encontraban en el  mismo recinto.

El Concilio Vaticano II pidió sacar el Santísimo del ambiente celebrativo de la Misa poniéndolo en un lugar aparte ya que en la celebración no es el objeto mas importante. El Santísimo es la reserva eucarística, reserva para los enfermos y objeto de adoración. El centro de la celebración es el Altar que representa a Cristo y por eso es objeto de especial veneración. Al comenzar y al terminar la liturgia de la santa Misa, el sacerdote besa el altar. Al altar se lo inciensa, se le hace reverencia al pasar frente a él; el sacerdote se inclina y hace una oración íntima a Cristo pidiéndole que lo haga digno de proclamar el Evangelio en esa celebración. El altar evoca dos objetos muy importantes en la Pasión de Jesús:

La mesa santa donde se celebró la Primera Eucaristía, el Jueves Santo y, por eso, la tradición cristiana conservó el altar en forma de mesa, mesa festiva que se adorna con manteles, velas y flores. El Viernes Santo se despoja el altar porque no es ambiente de fiesta, se recuerda a Jesús desnudo y despojado, evocando el Viernes y el Sábado Santo. El altar es mesa y sepulcro de Cristo y por eso, se le suelen poner reliquias de Santos, para evocar la vida misma que Cristo  comunica a sus fieles. Otra tradición de la Iglesia es construir altares en forma de sarcófagos, que no representan la muerte sino la Vida de Cristo, el sepulcro vacío y a Cristo mismo que es proclamado roca de salvación, roca que simboliza la alianza con Dios. Jesús es al mismo tiempo, sacerdote, altar y víctima. Sacerdote que ofrece al Padre la ofrenda de Si mismo como víctima y lugar donde se hace el sacrificio. En la liturgia se desdobla la función sacerdotal.
El altar, es lugar donde reposa la Eucaristía, una vez consagrado el pan y el vino y, en ese sentido, tiene un significado doble: es el lugar adonde viene Jesús a encontrarse con nosotros, el Emanuel en el altar. Los cristianos vamos a la Santa Misa al ofrecimiento que hace Jesús de si mismo al Padre y a ofrecer nuestras vidas para que suban con Cristo al Padre.

Es lugar de  encuentro. El altar es la mesa que nos congrega en torno a Cristo, el sepulcro vacío, la Resurrección que nos congrega y el lugar del converso, de aquel que se convirtió desde el pecado a buscar el encuentro con Jesús y su Misericordia.