Junto a la Capilla del Santísimo, otro de los espacios que aparece como novedoso por su
diseño en la actual reforma de la Iglesia es la SEDE PENITENCIAL. Ahora, la encontramos
ubicada al fondo de la Iglesia en un espacio preparado especialmente para vivir con
gozo el encuentro con el Señor a través del Sacramento del Perdón. La Sede Penitencial ha
sido diseñada para facilitar la cercanía entre el penitente y Jesucristo que, en la persona del
sacerdote, perdona nuestros pecados.
El RETABLO DEL CRUCIFICADO, junto a la Sede Penitencial, ayuda a los penitentes a contemplar el Misterio de nuestra Redención que ha llevado al Hijo de Dios a ofrecerse “como víctima de propiciación por nuestros pecados, no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero” (1ª Jn 2, 2).
La nueva Sede Penitencial visibiliza el lugar desde donde el sacerdote administra la gracia del perdón y, dos modalidades para la confesión individual: la tradicional, separados por un muro con rejilla; y otra forma, también habitual, que es sentados frente a frente en una silla, siguiendo así las indicaciones del c. 964: 1. El lugar propio para oír confesiones es una iglesia u oratorio. 2. Por lo que se refiere a la sede para oír confesiones, la Conferencia Episcopal dé normas, asegurando en todo caso que existan siempre en lugar patente confesionarios provistos de rejillas entre el penitente y el confesor que puedan utilizar libremente los fieles que así lo deseen. 3. No se deben oír confesiones fuera del confesionario, si no es por justa causa. Para poder confesarse individualmente: LOS SÁBADOS DE 10h. a 11´30h y todos los días antes de las Misas.