Dime cómo rezas | Hoja parroquial del 20 de octubre

DOMINGO XXIX TIEMPO ORDINARIO: Ex 17, 8-13; Sal 120; 2ª Tim 3, 14-4,2; Lc 18, 1-8

«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche? ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».

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Dime cómo oras y te diré cómo vives. ¿Cuánto tiempo le dedicas a la oración en tu vida personal y familiar? De la radical importancia de la oración para la vida cristiana habla hoy la Palabra de Dios. Sin oración no hay fuego en el corazón. La oración es el alimento de la fe, la fuente nutricia de la esperanza y el manadero permanente de la caridad. Sin oración no ha misión, cuando no oramos, nos sobreviene la «di-misión», nos pasa como al pueblo de Israel en el desierto: sucumbimos ante nuestro Adversario que es más fuerte e inteligente que nosotros. Sin descubrir el arte de la oración, estamos a merced de nuestros enemigos. Hoy los bautizados no sabemos orar y, en consecuencia tampoco enseñamos a orar a nuestros hijos. De aquí la anemia espiritual que padecemos y que está conduciendo a un empobrecimiento muy acelerado y progresivo de nuestras comunidades parroquiales; a un enfriamiento de la caridad y a un desentendimiento de la misión esencial y fundamental de la Iglesia, de toda comunidad cristiana, como es la evangelización. Sin oración, solo nos quedan ritos vacíos y fríos que no calientan el alma ni despiertan la vocación misionera. Sin oración, la fe se vuelve sosa, la caridad se apaga y la esperanza se difumina del horizonte de nuestras vidas.

            Enséñanos a orar, le pidieron los apóstoles a Jesús. Y el Maestro les dijo cómo había que orar: siempre y en todo lugar, con intrepidez, sencillez y humildad, como un hijo habla con su Padre, en total confianza y abandono; como la viuda inoportuna del Evangelio de hoy: insistiendo a tiempo y a destiempo, orando constantemente. Es más, Jesús nos señaló el contenido mismo de la oración: «Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en el cielo…» (Mt 6, 7-9). Santa Teresa de Jesús, experta orante, nos dejó esta bellísima definición sobre la oración: «A mi parecer no es otra cosa oración sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama«. ¿No es cierto que tratamos poco al Señor, que le dedicamos muy poco tiempo? ¿Cuánto hace que no visitas ni frecuentas la visita al Sagrario donde está el Señor presente esperando para escucharte y amarte? ¿Cuántas horas dedicas -en la intimidad- a leer la Biblia que contiene la Palabra misma de Jesús que ilumina, orienta y guía nuestra vida cuando la ponemos bajo su mirada?

                Sí, necesitamos aprender a orar más y mejor. ¿Dónde puedo aprender el arte de la oración? ¿Quién me puede enseñar a tratar a solas con quien sabemos nos ama? La Iglesia, es Madre y Maestra, ella nos enseña y adentra en el arte de la oración a través de la Iniciación Cristiana. En el Neocatecumenado somos iniciados a la vida de oración tanto personal como comunitaria. En la Parroquia de Cristo Rey, todos los jueves por la tarde -de 19h a 20h-, el Señor mismo -en su presencia sacramental de la Eucaristía- nos adentra en el arte de la adoración. Durante los tiempos litúrgicos de Adviento y Cuaresma a las 6´30 de la mañana, todos los parroquianos que lo desean son introducidos en la oración litúrgica, comunitaria y eclesial de la Liturgia de las Horas. Y en el itinerario de maduración en la fe que es Camino Neocatecumenal, los hermanos son instruidos, enseñados y equipados en el combate de la oración teniendo como modelo referencial a Jesucristo mismo porque Él «nos enseña a orar no sólo con la oración del Padre nuestro, sino también cuando Él mismo ora. Así, además del contenido, nos enseña las disposiciones requeridas por una verdadera oración: la pureza del corazón, que busca el Reino y perdona a los enemigos; la confianza audaz y filial, que va más allá de lo que sentimos y comprendemos; y la vigilancia, que protege al discípulo de la tentación» (cf. Compendio del Catecismo de la Iglesia, nº 544). Según el Catecismo, las fuentes de la oración cristiana son: la Palabra de Dios, la Liturgia de la Iglesia, las virtudes teologales y las situaciones cotidianas porque en ellas podemos encontrar a Dios (nº 558).

EL CAMPANARIO

“ESTUVE ENFERMO Y ME VISITASTE”

            El curso pasado, viendo que cada año eran más los feligreses que venían a despedirse de mí, como párroco, porque habían decidido ir pasar los últimos años de sus vidas a una residencia, decidí pedir voluntarios/as para crear uno o dos equipos de Visitadores que, de forma estable, permanente y semanal, pudieran hacer de puente  entre la Parroquia y cada una de las residencias a las que se han ido a vivir en estos últimos años cerca de veinte feligreses. ¡En este momento estamos visitando 18 personas en once residencias!

En efecto, fruto de la petición realizada, nacieron dos equipos que juntamente con el Párroco, visitamos, todas los miércoles de 17,30h a 19, 30h a cada uno de estos hermanos/as nuestros que viven en dichas residencias. La experiencia de estas “visitas” está siendo verdaderamente gratificante tanto para los feligreses que se sienten acompañados y queridos por la Parroquia y, sobre todo, para los que tenemos la gracia de participar en esta misión (somos siete personas) por los testimonios de vida y de fe que comparten con nosotros estos hermanos y hermanas que viven su misión en cada una de las residencias donde residen.

El Miércoles pasado, visitamos a nuestra querida  TOMASITA que, si Dios quiere, cumplirá 101 años el próximo mes. Ella es y ha sido una bendición para su familia y, también, lo ha sido para nuestra Parroquia. Hasta hace bien poco ha participado de la vida de nuestra Comunidad Parroquial. Hasta que pudo, asistió al Taller de los Mayores; cuando la salud la debilitó y fue perdiendo fuerzas, los ministros extraordinarios de la comunión la acompañaron visitándola todos los Viernes llevándole el consuelo de Jesús en la Palabra y en la Eucaristía, hasta que el 18 de Junio del año pasado le diera un ictus y sus hijos no tuvieron más remedio que llevarla a la Residencia de San Juan de Sahagún. Con uno de ellos, Pedro, pasamos un momento muy entrañable la tarde del pasado Miércoles. Fuimos testigos del cariño con el que cuidan de su madre los tres hermanos. Cada día la visitan y acompañan y no la dejan sola ni un momento. Aunque ella haya perdido la memoria, su rostro diminuto y su cara arrugadita la asemeja a una niña pequeña que solo espera de los que la rodean cariño y compañía. Con ellos dos y junto a ellos dos rezamos al Señor y le dimos gracias por el don de la vida de Tomasita, sus muchos años y esta última etapa de su vida acompañada del calor y cuidado de sus hijos, que está siendo un testimonio de coraje y de fe para todos nosotros. Tomasita es miembro de nuestra Comunidad Parroquial y en estos momentos, postrada en su silla de ruedas y sin apenas articular una palabra, se ha convertido para todos los que la conocemos y queremos en un Sacramento de Jesús en un Sagrario viviente de su Presencia. ¡No hay manera más concreta, sencilla y asequible, para todo el que quiera, de poder tocar a Jesús que visitar a nuestros ancianos y enfermos!¡El Equipo de Visitadoras de Residencias  de la Parroquia tuvimos la dicha de poder hacerlo el Miércoles pasado visitando a nuestra hermana Tomasita¡.

DOMUND: JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES

Hoy celebramos el Domingo del Domund. Es una Jornada universal que se celebra cada año en todo el mundo, el penúltimo domingo de octubre, para apoyar a los misioneros en su labor evangelizadora, desarrollada entre los más pobres. El Domund es una llamada a la responsabilidad de todos los cristianos en la evangelización. Es el día en que la Iglesia lanza una especial invitación a amar y apoyar la causa misionera, ayudando a los misioneros. La actividad pastoral, asistencial y misionera de los territorios de misión depende de los donativos del Domund. Este día es una llamada a la colaboración económica de los fieles de todo el mundo. Las necesidades en la misión son muchas. Mediante el Domund, la Iglesia trata de cubrir esas carencias y ayudar a los más desfavorecidos a través de los misioneros, con proyectos pastorales, sociales y educativos. Así, se construyen iglesias y capillas; se compran vehículos para la pastoral; se forman catequistas; se sostienen diócesis y comunidades religiosas; se mantienen hospitales, residencias de ancianos, orfanatos y comedores para personas necesitadas en todo el mundo. En los territorios de misión la Iglesia sostiene casi 27.000 instituciones sociales, que representan el 24% de las de la Iglesia universal, y más de 119.000 instituciones educativas, que representa el 54,86 % del total de centros educativos que atiende la Iglesia en todo el mundo. Todos estos proyectos son financiados con los donativos recogidos en el Domund. Las misiones siguen necesitando ayuda económica, y por eso es tan necesaria la colaboración de todos.

NOTICIAS DE NUESTRA PARROQUIA

            + TALLER DE MAYORES: El próximo Martes día 22 un sesión de taller de la memoria con Doña Araceli.

                + CATEQUESIS DE ADULTOS: Los Lunes y Jueves a las 20,30h en el Catecumenium.

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