Un pan que sacia | Hoja parroquial del 25 de julio
XVIIª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO: Jer 23,1-6; Sal 22; Ef 2, 13-18; Mc 6, 30-34
HP-de-Cristo-Rey-del-25-de-Julio-de-2021-1 Sigue leyendo«Decid a la gente que se siente en el suelo. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados; lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dijo a los discípulos: Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie»
Como ovejas sin pastor | Hoja parroquial del 18 de julio
El equipaje del evangelizador | Hoja parroquial del 11 de julio
Sabiduría de un pobre | Hoja parroquial del 4 de julio
Talitha qumi = Niña, ¡levántate! | Hoja parroquial del 27 de junio
XIIIª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO: Sb 1, 13-15; 2, 23-25; Sal 29; 2ª Cor 8, 7-9. 13-15; Mc 5, 21-43
HP-del-27-de-Junio-de-2021 Sigue leyendo«Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos. Entró y les dijo: -Qué estrépito y que lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida (…).Entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: -Talitha qumi (Que significa: Contigo hablo, niña, levántate)»
Despertar a Jesús | Hoja parroquial del 20 de junio
Jesús: la mostaza de Dios | Hoja parroquial del 13 de junio
La Eucaristía, vacuna de inmortalidad | Hoja parroquial del 6 de junio
SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI: Ex 24, 3-8; Sal 115; Hb 9, 11-15; Mc 14, 12-16. 22-26
HP-del-6-de-Junio-del-2021“Mientras comían, Jesús tomó pan, y pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: ´Tomad, esto es mi
cuerpo`. Después, tomo el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron…”
¡Dios es tu papá! | Hoja parroquial del 30 de mayo
SOLEMNIDAD DE DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD: Dt 4, 32-34.39-40; Sal 32; Rom 8, 14-17; Mt 28, 16-20
HP-del-30-de-Mayo-de-2021“Hermanos: los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: ¡Abba! (Papá). Ese
espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios».