Domingo XXVII del Tiempo Ordinario: Hab 1, 2-3; 2, 2-4; Sal 95; 2ª Tim 1, 6-14; Lc 17, 5-10
«En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor: –Auméntanos la fe. El Señor contestó: -Si tuvierais fe como un grano de mostaza, dirías a esa morera: Arráncate de raíz y plántate en el mar, y os obedecería»
HP-del-6-de-Octubre-de-2019El Papa Francisco ha querido que este comienzo del Curso Pastoral esté impregnado todo por el perfume de la MISIÓN. Lo ha convocado con el fin de “de alimentar el ardor de la actividad evangelizadora de la Iglesia ad gentes”. Proclamando el Mes Misionero con el tema “Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo”, el Santo Padre entiende despertar la conciencia de la missio ad gentes y retomar con un nuevo impulso la responsabilidad del anuncio del Evangelio. La Misión tiene como objetivo hacer RESONAR LA FE que viene a nosotros por la PREDICACIÓN. Hoy, la Palabra de Dios viene a hacernos un chequeo a nuestra fe: ¿Cómo es mi Fe? ¿Está madura y fuerte o es dubitativa y vacilante? ¿Dónde alimento y vigorizo las raíces y fundamentos de mi fe personal? ¿Doy testimonio de mi fe en Jesús de Nazaret como el Señor de mi vida o la escondo por vergüenza ante el ambiente hostil que me rodea? Estas y otras preguntas, debemos hacernos hoy a luz de la Palabra que Dios nos dirige.
La fe viene por la predicación, y la predicación por la Palabra de Cristo (Rom 10, 17). La fe no se inventa, no es una construcción mental, no se compra con dinero, no se adquiere por medio de razonamientos muy coherentes y lógicos, no es una ideología ni un sentimiento. La fe es -fundamentalmente- un acontecimiento: Dios que irrumpe en tu vida y la transforma si tú le dejas. La fe es una iniciativa de Dios, es un regalo que Él nos hace, por eso es una virtud teologal: a la vida de la fe se nace por obra de la gracia que hay que pedir.
El cristiano vive por la fe (Rom 1, 17). La fe es un don que hay que pedir a la Iglesia, verdadera garante del depositum fidei. Es lo que hicieron nuestros padres y padrinos por nosotros al traernos de recién nacidos a la Iglesia y pedir la fe. Pero, evidentemente, hemos crecido a todos los niveles: en estatura, en conocimientos… ¿también en la fe? Por lo que podemos apreciar, a muchos la fe se le ha quedado congelada en el traje de primera comunión, los únicos fundamentos de su experiencia vital de fe se remontan a las catequesis que recibieron en su infancia y… ¡claro está! con este bagaje no se transita con valentía, intrepidez y espíritu martirial ante los desafíos y vientos contrarios que se levantan, hoy, contra la fe que los católicos profesamos. La fe para que sea vigorosa, ha de ser regada con constancia, alimentada con frecuencia, defendida con tenacidad y ofrecida con gratuidad. La fe sólo crece y se fortalece cuando se profesa, creyendo; no hay otra posibilidad para poseer la certeza sobre la propia vida que abandonarse, en un in crescendo continuo, en las manos de un amor que se experimenta siempre como más grande porque tiene su origen en Dios.
A la luz de la Palabra, hoy, somos invitados a vivir con fidelidad a Dios, a tomar parte en los duros trabajos de la evangelización con fortaleza, y a servir en las tareas que el Señor nos encomienda en su Iglesia con humildad. Los bautizados estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe con alegría y valentía. Cuando los tiempos son recios Dios nos llama a ser amigos fuertes. No, no son tiempos fáciles para la fe, pero ningún tiempo anterior lo ha sido. Vivimos la fe, cada día, en precariedad y en estado permanente de combate con los ojos fijos en Jesús, el que inicia y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo que se le proponía soportó la cruz sin miedo a la ignominia y está sentado a la diestra del trono de Dios (Hb 12, 2). Si somos conscientes de lo pobre que es nuestra fe, digámosle al Señor como los apóstoles: ¡Auméntanos la fe! (Lc 17, 5).
EL CAMPANARIO
La diócesis vivirá un mes de octubre de ‘Bautizados y enviados’
Con ocasión del Mes Misionero Extraordinario convocado por el papa Francisco para el próximo mes de octubre, una comisión de trabajo ha elaborado un amplio programa de actividades.
‘Bautizados
y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo’ es
lema del Mes
Misionero Extraordinario que se celebrará en la Diócesis
de Salamanca en octubre. Una iniciativa que se desarrollará en todo el mundo
tras ser confiada por el Papa
Francisco en el centenario de la Carta Apostólica ‘Maximum Illud’ (1919),
de Benedicto XV, que marcó un hito en la conciencia misionera de la Iglesia.
Cómo vivir el Mes Misionero Extraordinario
Cuatro son las dimensiones señaladas el Sumo Pontífice para vivir con más intensidad el camino de preparación y realización del Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019: el encuentro personal con Jesucristo vivo en su Iglesia, a través de la Eucaristía, la Palabra de Dios, la oración personal y comunitaria; el testimonio de los santos, los mártires de la misión y los confesores de la fe, expresión de las Iglesias esparcidas por todo el mundo; la formación misionera a través de la escritura, catequesis, espiritualidad, y teología y la caridad misionera.
Eventos destacados del mes
+ TALLER DE MAYORES: El Martes de día 8 (de 17h. a 19h) Don Juanjo impartirá una Charla baso el título: Octubre, mes misionero.
+ MES DE CONVIVENCIAS: El próximo fin de semana, del 10 al 13 de Octubre, nuestro párroco y los Equipos de Catequistas de Adultos, participarán en una Convivencia de Catequistas con otros catequistas de diferentes diócesis. Y a lo largo de este mes, todos los fines de semana, las distintas Comunidades Neocatecumenales, tendrán sus respectivas convivencias.
+ LA CATEQUESIS YA HAN COMENZADO:
+ Precomunión, (1º, 2º y 3º de Primaria), Primera Comunión (4º de Primaria) y Confirmación (5º y 6º, 1º y 2º ESO): Todos los Viernes con los horarios previstos.
+ Grupos de PostConfirmación: Todos los viernes quedan en la puerta de la Iglesia para ir a la casa de sus Padrinos.
+ CATEQUESIS PARA ADULTOS: Todos los Lunes y Jueves de 20, 30h a 21, 30h. en el Catecumenium.