Los signos mesiánicos | Hoja parroquial del 15 de diciembre

III DOMINGO DE ADVIENTO: Is 35, 1-6.10; Sal 145; Sant 5, 7-10; Mt 11, 2-11

«Jesús les respondió: Id y anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios y lo sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia.  ¡Y dichoso el que no se sienta defraudado por mí!

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EL profeta Isaías los había predicho siglos antes con anticipación: Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará. Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará, y volverán los rescatados del Señor (Is 35, 4-6). El salmista canta la obra de Dios: El Señor liberta a los cautivos. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. Sustenta al huérfano y a la viuda… (Sal 145, 7-9). Jesús mismo inicia su ministerio público haciendo suyas estas palabras de Is 61,1-2: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Todos estaban esperando la aparición del Mesías a través de sus «obras», ellas acreditarían su verdadera identidad y su auténtica misión, de ahí la pregunta estremecedora del Juan encarcelado: ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro (Mt 11, 3). Él le había bautizado, Él le había señalado como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1, 29), y ahora en la noche oscura de la mazmorra, cuando había oído hablar de las obras de Cristo (Mt 11, 2) envía a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús: ¿Eres tú o tenemos que esperar a otro? es una pregunta desgarradora y muy próxima a la desesperación. Jesús no le contesta directamente sino que deja que el Bautista lo descubra por sí mismo: debe saber interpretar los signos, las señales mesiánicas  que Jesús está realizando: Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva; y dichoso aquel que no halle escándalo en mí! (Mt 11, 4.6).

                Hoy también contemplamos una multitud incontable de hombres y mujeres sumergidos en la noche oscura de sus esclavitudes, preocupaciones, angustias y desesperaciones que se preguntan: «¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido del dolor, del mal, de la muerte, que, a pesar de tantos progresos hechos, subsiste todavía? ¿Qué valor tienen las victorias logradas a tan caro precio? ¿Qué puede dar el hombre a la sociedad? ¿Qué puede esperar de ella? ¿Qué hay después de esta vida temporal? (Gaudium et spes, nº 10). O, también, este otro tipo de interrogantes: ¿Será Jesucristo el Enviado del Padre para colmar mi corazón de felicidad y dicha? ¿La Iglesia puede ofrecerme una respuesta existencial a los más profundos cuestionamientos de mi corazón? Pues bien, la respuesta la encontramos en este mismo número del texto conciliar citado cuando afirma con rotundidad: «Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre su luz y su fuerza por el Espíritu Santo a fin de que pueda responder a su máxima vocación y que no ha sido dado bajo el cielo a la humanidad otro nombre en el que sea necesario salvarse. Igualmente cree que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se halla en su Señor y Maestro. Afirma además la Iglesia que bajo la superficie de lo cambiante hay muchas cosas permanentes, que tienen su último fundamento en Cristo, quien existe ayer, hoy y para siempre. Bajo la luz de Cristo, el Concilio habla a todos para esclarecer el misterio del hombre» (nº 10).

EL CAMPANARIO

Admirabile signum: 10 datos de la carta del Papa sobre el valor del     pesebre en Navidad

  1. Nos pone ante el gran misterio de la vida: Francisco asegura en Admirabile signum que cuando en Navidad colocamos la figura del Niño Jesús “el corazón del pesebre comienza a palpitar”. “Dios se presenta así, en un niño, para ser recibido en nuestros brazos”. Dios Creador esconde su poder “en la debilidad y en la fragilidad” de un niño cuyo nacimiento “suscita alegría y asombro, porque nos pone ante el gran misterio de la vida”. “Viendo brillar los ojos de los jóvenes esposos ante su hijo recién nacido, entendemos los sentimientos de María y José que, mirando al niño Jesús, percibían la presencia de Dios en sus vidas”, afirma el Papa.
  2.  El Papa también recuerda que cuando llega la fiesta de la Epifanía está la costumbre de colocar las tres figuras de los Reyes Magos que llegan de Oriente para contemplar al Niño y ofrecerle los dones de oro, incienso y mirra. Esta escena llama “a reflexionar sobre la responsabilidad que cada cristiano tiene de ser evangelizador”. Además, los Magos, hombres sedientos de lo infinito, “enseñan que se puede comenzar desde muy lejos para llegar a Cristo”. Además “no se dejan escandalizar por la pobreza del ambiente; no dudan en ponerse de rodillas y adorarlo”; y cuando retornan a sus países, “habrán contado este encuentro sorprendente con el Mesías, inaugurando el viaje del Evangelio entre las gentes”. El Papa Francisco invita en su carta apostólica a recordar cuando se era niño y se esperaba con impaciencia el tiempo para empezar a construir el belén. “Estos recuerdos nos llevan a tomar nuevamente conciencia del gran don que se nos ha dado al transmitirnos la fe; y al mismo tiempo nos hacen sentir el deber y la alegría de transmitir a los hijos y a los nietos la misma experiencia”, aseguró. “No es importante cómo se prepara el pesebre, puede ser siempre igual o modificarse cada año; lo que cuenta es que este hable a nuestra vida. En cualquier lugar y de cualquier manera, el belén habla del amor de Dios, el Dios que se ha hecho niño para decirnos lo cerca que está de todo ser humano, cualquiera que sea su condición”, expresa el Santo Padre en Admirabile Signum.

NOTICIAS DE NUESTRA PARROQUIA

                        + LAUDES EN ADVIENTO: De Lunes a Viernes, a las 6, 30h de la mañna, celebramos las Laudes en el Catecumenium.

            + TALLER DE MAYORES: El Lunes día 16, de 17h a 19h, -en los Salones Parroquiales de la Iglesia de Santa Teresa de Jesús, FIESTA DE NAVIDAD.

            + EUCARISTÍA EN LA RESIDENCIA DE BELLAVISTA: El Equipo de Visitadoras de Residencias, con nuestro Párroco celebran la Eucaristía mensual en la Residencia de Castellanos de Moriscos a las 12h.

            + JÓVENES DE POSCONFIRMACIÓN VISITAN LA RESIDENCIA DE BELLAVISTA: El Jueves día 18 a las 17h, los jóvenes de la Postconfirmación cantarán para los mayores de la Residencia de Bellavista y visitarán a los enfermos.

            + CELEBRACIÓN COMUNITARIA DE LA PENITENCIA: El Jueves a las 21h, para prepararnos a celebrar con humildad y verdad las grandes Solemnidades de la Natividad del Señor, celebraremos la Fiesta del Perdón con el Sacramento de la Reconciliación y la Penitencia.

            + CONCIERTO NAVIDEÑO DE LA CORAL CHORUS NOSTRUM: El Viernes día 20 cantarán en la Eucaristía de las ocho y, al terminar, nos ofrecerán un repertorio de cantos navideños para irnos preparando para las fiestas que nos esperan. ¡Os invitamos a participar tanto en la Misa como en la Velada de Villancicos! Será muy entrañable.

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