Invitación a la lectura. «EL ABRAZO VELADO» de Enrique Bonete

Acaba de salir a luz pública un nuevo libro de Enrique Bonete Perales, Catedrático de Filosofía Moral en la Universidad de Salamanca, que lleva por título El abrazo velado. Vivencia cristiana de un filósofo. A lo largo de sus páginas el autor nos ofrece “un alma al descubierto”, nos hace partícipes de su experiencia cristiana, de su relación íntima con Jesucristo, que ha marcado su trayectoria biográfica, vital e intelectual. La obra narra con estilo ágil el encuentro del profesor universitario con Alguien “del cual procede inmensa paz, nunca antes (ni después) sentida por mí” (p. 137).

Sí, amigo lector, estás ante uno de esos libros que no te va a dejar indiferente. Con elevada emoción se “desvela” qué aconteció en el alma del filósofo Enrique Bonete la madrugada del 3 de julio de 1981 (festividad del “incrédulo” santo Tomás, apóstol). No debo contar aquí cuál es el núcleo, el corazón de estas páginas palpitantes. Mejor que cada lector entre en ellas y las medite en su interior. Al hacernos partícipes de su experiencia de Cristo, este docente universitario se suma así a la de otros testigos, también filósofos, como San Agustín, Blas Pascal o el pensador español Manuel García Morente (tan mencionado por el autor). Todos ellos, y muchos más, han compartido sus relaciones personales con Jesús, en las que encontramos ciertas similitudes.

Esta narración tan sincera de la vivencia conmovedora de encuentro con Jesucristo el profesor Enrique Bonete la hace pública en este librito, editado por la BAC, después de más de cuarenta años de silencio. Llegados a este punto, alguno puede pensar: ¿qué alcance tienen las “revelaciones privadas”? ¿Qué dice la Iglesia sobre este tipo de experiencias? El Papa emérito Benedicto XVI escribió al respecto: “El valor de las revelaciones privadas es esencialmente diferente al de la única revelación pública, ésta exige nuestra fe; en ella, en efecto, a través de palabras humanas y de mediación de la comunidad viva de la Iglesia, Dios mismo nos habla. El criterio de verdad de una revelación privada es su orientación con respecto a Cristo. Cuando nos aleja de Él, entonces no procede ciertamente del Espíritu Santo, que nos guía hacia el Evangelio y no hacia fuera” (Verbum domini, n. 14).

Estamos ante un libro que describe una vivencia muy intensa (con rasgos casi místicos) de un cristiano contemporáneo, casado, padre de familia y abuelo de varios nietos, dedicado a la enseñanza de la Filosofía, que ha querido compartir con sus lectores el encuentro misericordioso que tuvo con Alguien, de quien afirma: “me levantó del suelo durante aquella noche de aflicción y llanto” (p. 17).

Te invito a sumergirte en la lectura de este pequeño libro porque, estoy seguro, no te va a dejar indiferente. Es más: podrá ayudarte a valorar tu personal relación con Jesús, que nos ha dicho: “si uno se avergüenza de mí y de mis palabras, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria” (Lc 926).

Enrique: ¡Gracias por poner ante nuestros ojos tu “alma al descubierto”! ¡Gracias por compartir tu vivencia de Cristo! La lectura de tu libro nos ayudará a todos a permanecer más unidos a Jesucristo: el mismo ayerhoy y siempre (cf. Hb. 13,8).

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