¡No es de los nuestros! [Hoja parroquial del 30 de septiembre]

Semana XXVI del Tiempo Ordinario

Lecturas: Núm 11,25-29; Sal 18; Sant 5, 1-6;  Mc 9, 37-42

HP del 30 de Septiembre de 2018

«En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros. Jesús respondió: No se lo impidáis (…). El que no está contra nosotros está a favor nuestro «.

En el Evangelio de hoy Jesús corrige a su discípulo Juan por arrogarse un derecho de apropiación indebida de la actuación de la gracia, más propia de una mentalidad sectaria que católica: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros». Jesús lo amonestará con un tajante: «No se lo impidáis«. Este pasaje nos invita a comprender con mente abierta las diferencias eclesiales. Juan y los doce no pueden imponer su ley de grupo a través de viejas formas de violencia, sino que deben alegrarse de que existan otros mensajeros de Jesús, exorcistas que trabajan fuera de sus estructuras eclesiales. En vez de oposición deben ofrecerles más palabra, porque los que realizan nuestra obra de liberación pertenecen en el fondo a nuestro grupo. A los zebedeos les importa su poder dentro de la Iglesia, a Jesús el bien de los posesos.

La fórmula «no es de los nuestros» se ha esgrimido a lo largo de la historia para justificar discriminaciones injustas a personas, colectivos, y pueblos por motivos religiosos, raciales, ideológicos y políticos. El «no es de los nuestros» se ha empleado sucesivamente para levantar muros de separación, verjas de contención y fundamentar la creación de todo tipo de apartheid, ghettos, campos de concentración, reservas, etc. Incluso hoy, teniendo la osadía de afirmar que lo hacen en nombre de Dios, se llega a violar la dignidad de las personas que no piensan como ellos y de los pueblos que no se someten a su fanatismo, como ocurre con los terroristas del grupo yihadista ISIS, los nacionalistas de nuevo cuño que levantan, con el idioma o las tradiciones arraigadas en una tierra, nuevas fronteras que separan a los unos de los otros.

 La expresión «no es de los nuestros» no es cristiana, Jesús es de todos y para todos, y sus discípulos estamos llamados a tener un corazón sin puertas y a renunciar a toda competencia: somos cristianos si aceptamos vivir pobres con los pobres, en manos de aquellos que nos pueden dar (o negar) un vaso de agua. Eso es ser de Cristo: estar necesitado en manos de los otros, pero ofreciéndoles desde esa misma necesidad la gracia de la transformación mesiánica.

La Iglesia de Jesús, nos ha recordado el Papa Francisco «está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre (…). A menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas» (Evangelii gaudium, nº 47). Por tanto, hemos de huir de toda tentación de intolerancia y fanatismo que nos encierra y clausura en nuestro «yoísmo» «nosotreísmo». Francisco nos advierte que «el ideal cristiano siempre invitará a superar la sospecha, la desconfianza permanente, el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual» (nº 88). ¡Abramos el corazón a todos! ¡Exorcicemos toda cizaña de cuyo nacionalista!¡No levantemos fronteras existenciales!

El campanario

Catequesis para jóvenes y adultos

Una vez iniciado el Curso Pastoral 2018-2019, queremos, de nuevo, echar las redes de la evangelización con la intención de llegar a cuantos más mejor. Somos muy conscientes de la necesidad que todos tenemos de acoger y conocer mejor el Evangelio y la alegría que trae a nuestra vida cuando lo acogemos con y de corazón. Por desgracia son muchos los bautizados, como nos recordaban los obispos europeos en el 2003, que necesitan un nuevo anuncio del Evangelio porque «ya no saben qué es el cristianismo, viven como si Cristo no existiera, se han dejado contagiar por el espíritu inmanentista, etc, y, por ello, la tarea por hacer no será tanto bautizar a los nuevos convertidos, cuanto guiar a los bautizados a convertirse a Cristo y a su Evangelio» (Cf. Ecclesia in Europa, nº 47). Y el Papa Francisco en su provocadora Exhortación Apostólica Evangelii gaudium nos empuja y anima a convertirnos en evangelizadores y misioneros conscientes de que «la alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento» (nº 1), por eso nos invita «a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor». Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores». ¡Nos hace tanto bien volver a Él cuando nos hemos perdido! Insisto una vez más: Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia. Aquel que nos invitó a perdonar «setenta veces siete» (Mt 18,22) nos da ejemplo: Él perdona setenta veces siete. Nos vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez. Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría. No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante!» (nº 3).

Durante esta semana «saldremos» a «ofrecer a todos la vida de Jesucristo» (nº 49). Lo haremos a través de las invitaciones personales, visitando «casa por casa» a cada uno, poniendo carteles en las tiendas y donde nos dejen, haciendo «anuncios kerigmáticos» en las Misas del sábado 3 y domingo 4. Nuestra Parroquia se pone en actitud de «salida» y quiere llegar a todos siguiendo la invitación que nos hecho Francisco: «Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte de sentido y de vida» (nº 49).

Las Catequesis para jóvenes y adultos comenzarán el lunes día 8 de octubre y serán los Lunes y Jueves a las 20,30h en el Catecumenium (C/ Transportistas 7-11, en frente del Colegio Beatriz Galindo). ¡Pasa esta noticia! ¡Comunícaselo a alguien y ven con él o ella!

NOTICIAS DE NUESTRA PARROQUIA

  • TALLER DE MAYORES: El Martes día 2 de Octubre iniciamos el nuevo Curso Pastoral con los mayores. ¡Pasa la noticia a toda persona mayor que conozcas y esté sola!
  • ENCUENTRO DE CAPELLANES: El día 3 de Octubre a las12h se reúne el Equipo de Capellanes para un encuentro oración y formación. Será en la Casa de la Iglesia
  •  CONVIVENCIA DE CATEQUISTAS DE ADULTOS: Serán los días 4 al 7 de Octubre y en ella participarán los Equipos de Catequistas de la 1ª Comunidad Neocatecumenal de nuestra Parroquia.

Deja un comentario