La verdad crucificada [Hoja parroquial del 25 de noviembre]

SOLEMNIDAD DE CRISTO REY
Dn 7, 13-14; Sal 92; Ap 1, 5-8; Jn 18, 33-37

HP del 25 de Noviembre de 2018

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«Pilato le dijo: Conque, ¿tú eres rey? Jesús le contestó: Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz «.

Jesucristo es la Verdad, la realidad total del don del Padre y de su designio salvador. En Él se han hecho presentes las realidades anunciadas por la Ley. Proclama las palabras recibidas del Padre que le ha enviado y así hace que conozcamos a quién Él ya conoce y nos invita a que le otorguemos nuestra fe. Es la luz verdadera y por ello puede decir: «Yo soy el pan verdadero» (Jn 6, 35). Después de su glorificación, el Espíritu de  Verdad guiará a los creyentes hacia la verdad total. El creyente que «es de la verdad» (18, 37) es santificado por ella, permanece en ella, camina con ella, la obra, colabora con ella, adora al Padre en «espíritu y verdad» (4, 23-24), es liberado de la mentira. Vivir de la fe supone una afinidad espiritual con la Verdad. Jesús mismo se ha autodefinido como LA VERDAD: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida» (14, 6) y  nos ha revelado que si nos mantenemos en su Palabra, seremos verdaderamente discípulos suyos y «conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres» (8, 32).

Pilato, el representante del poder político y la autoridad llamada a impartir justicia desde la racionalidad de la verdad, tiene ante sí a Jesús el «Rey de la Verdad» y no lo reconoce. Jesús, el Siervo de la Verdad, habiendo sido salvajemente martirizado y vejado en su cuerpo contesta solemnemente a la máxima autoridad de Roma que Él es «rey» y que ha venido al mundo «para dar ser testigo de la verdad» (Jn 18, 37), o lo que es lo mismo, ha venido para «ser mártir de la Verdad» desde el trono de la cruz en la que va a manifestar el esplendor del Amor crucificado de Dios por la humanidad. La cruz, se ha convertido así, en la forma histórica de la Verdad, a la luz de su «misterio», solo es verdadero el amor crucificado porque sólo este amor ha sido capaz de perdonar los pecados de los hombres y vencer la muerte. En efecto, por voluntad del Padre, todo está en la mano del Hijo; ése es el fundamento de su realeza que inaugurará el día de su «exaltación», mientras que el reinado del Príncipe de este mundo llegará a su fin: «Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo cuando sea levantado de la tierra atraeré a todos hacia mí» (12, 31-32). Alzado en la cruz, Jesús aparecerá a los ojos de todos como el Salvador del mundo tal y como confesará el centurión viéndole morir: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios» (Mc 15, 39).

Llamados a la salvación mediante la fe en Jesucristo, «luz verdadera que ilumina a todo hombre» (Jn 1, 9), los hombres llegan a ser «luz en el Señor» e «hijos de la luz» (Ef 5, 8), y se santifican «obedeciendo a la verdad» (1 P 1, 22). La luz del rostro de Dios resplandece con toda su belleza en el rostro de Jesucristo, «imagen de Dios invisible» (Col 1, 15), «resplandor de su gloria» (Hb 1, 3), «lleno de gracia y de verdad» (Jn 1, 14): él es «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14, 6). La Iglesia culmina el Año Litúrgico proclamando, pues, esta confesión de fe: ¡Jesucristo es el Rey de la Verdad!

EL CAMPANARIO

CULTURA SIN VERDAD

El 29 de Junio de 2009, el Papa emérito Benedicto XVI hacía pública su primera Encíclica social sobre el desarrollo humano integral en la Caridad y en la Verdad, un hermoso documento que resalta la estrecha relación entre Verdad y Caridad y denuncia los presupuestos erróneos de una cultura que se construye al margen de la Verdad: «La caridad en la verdad, de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección, es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad. Por tanto, defender la verdad, proponerla con humildad y convicción y testimoniarla en la vida son formas exigentes e insustituibles de caridad. Jesucristo purifica y libera de nuestras limitaciones humanas la búsqueda del amor y la verdad, y nos desvela plenamente la iniciativa de amor y el proyecto de vida verdadera que Dios ha preparado para nosotros. En Cristo, la caridad en la verdad  se convierte en el Rostro de su Persona, en una vocación a amar a nuestros hermanos en la verdad de su proyecto. En efecto, Él mismo es la Verdad (cf. Jn 14,6). Sólo en la verdad resplandece la caridad  y puede ser vivida auténticamente. La verdad es luz que da sentido y valor a la caridad. Sin verdad, la caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en un envoltorio vacío que se rellena arbitrariamente. Éste es el riesgo fatal del amor en una cultura sin verdad. La verdad libera a la caridad de la estrechez de una emotividad que la priva de contenidos relacionales y sociales, así como de un fideísmo que mutila su horizonte humano y universal.

Puesto que está llena de verdad, la caridad puede ser comprendida por el hombre en toda su riqueza de valores, compartida y comunicada. En efecto, la verdad es «lógos» que crea «diá-logos» y, por tanto, comunicación y comunión. La verdad, rescatando a los hombres de las opiniones y de las sensaciones subjetivas, les permite llegar más allá de las determinaciones culturales e históricas y apreciar el valor y la sustancia de las cosas. La verdad abre y une el intelecto de los seres humanos en el lógos del amor: éste es el anuncio y el testimonio cristiano de la caridad. En el contexto social y cultural actual, en el que está difundida la tendencia a relativizar lo verdadero, vivir la caridad en la verdad lleva a comprender que la adhesión a los valores del cristianismo no es sólo un elemento útil, sino indispensable para la construcción de una buena sociedad y un verdadero desarrollo humano integral. Un cristianismo de caridad sin verdad se puede confundir fácilmente con una reserva de buenos sentimientos, provechosos para la convivencia social, pero marginales. De este modo, en el mundo no habría un verdadero y propio lugar para Dios. Sin la verdad, la caridad es relegada a un ámbito de relaciones reducido y privado. Queda excluida de los proyectos y procesos para construir un desarrollo humano de alcance universal, en el diálogo entre saberes y operatividad» (Cf. Caritas in veritate, nn. 1-4).

NOTICIAS DE NUESTRA PARROQUIA

+ TALLER DE MAYORES: El Martes día 27, Don Juanjo impartirá una charla bajo el título: <<VIENE EL SEÑOR, ¡SALID A SU ENCUENTRO>>.

+ RETIRO SACERDOTAL: El Jueves día 29 los sacerdotes del Arciprestazgo vivirán un día de Retiro reflexionando en torno a las Bienaventuranzas.

+ CONVIVENCIA FIN DE CATEQUIZACIÓN: Tras casi dos meses de catequización, el fin de semana del 30 de noviembre al 2 de diciembre el Equipo de Catequistas con los 6 catecúmenos que han sentido la llamada del Señor a iniciar un camino de maduración en la Fe vivirán junto a otros catecúmenos de otras parroquias un fin de semana de Convivencia en el que descubrirán el tesoro de la Eucaristía y la belleza de la vocación cristiana vivida, a partir de ahora, en una pequeña Comunidad. ¡Enhorabuena y bienvenidos!

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