DOMINGO XVIIIº: Is 55, 1-3; Sal 144; rom 8, 35-39; Mt 14, 13-21

“Jesús les replicó: No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer. Ellos le replicaron: Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces. Les dijo: Traédmelos (…), pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente…” (Mt 14, 13-21).

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El Evangelio de este domingo nos presenta a Jesús dando de comer a una multitud hambrienta con tan solo cinco panes y dos peces. ¿Cómo es posible dar de comer a cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños con tal solo cinco panes y dos peces? Pues muy sencillo, Jesús hizo un signo-milagro: multiplicó los panes y los peces hasta el punto de que comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. ¿Te parece imposible e inaudito? Pues te voy a contar un milagro de multiplicación más grande todavía: cada domingo, Jesús se ofrece como alimento a millones de católicos en forma de un pan que se parte, se multiplica, sacia y llena de Vida Eterna a todo aquel que lo comulga y recibe en su corazón. 

Jesús tenía que realizar un signo visible para que todos aquellos que le seguían comprendieran que Él era el Profeta enviado por el Padre para saciar el hambre y la sed de plenitud que todo hombre lleva en su corazón. El pueblo sabía, por medio de las Escrituras, que cuando el Mesías llegase, centuplicaría los milagros de Eliseo y Moisés que, en la Tradición oral del pueblo de Israel, eran considerados como grandes profetas. Efectivamente, Eliseo había alimentado a unos cien soldados hambrientos con diez panes; y, Moisés, había dado de comer, a su pueblo, durante la travesía del desierto, con el Maná. En la expectativa mesiánica, se esperaba, pues, que el futuro Mesías, realizaría un signo de este calibre. Pues bien, la ocasión, se produjo en este momento, en el que la multitud seguía hambrienta, de alma y cuerpo, a Jesús. Sin embargo, la escena contiene matices cargados de pedagogía y significación: Jesús se encuentra rodeado de una multitud que le sigue a la intemperie, desprovistos de alimentos; de pronto, se encuentran en un lugar despoblado y es muy tarde; sus discípulos están desbordados y nerviosos, la única solución que encuentran para salir del atolladero es despedir a la gente; Jesús, en cambio, mantiene la calma y, da una respuesta desconcertante: No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer; los apóstoles no salen de su asombro y constatan la dura realidad: No tenemos más que cinco panes y dos peces; ¡bueno! Algo es algo, comencemos por lo poco que podemos ofrecer al Señor y dejemos que Él haga el resto.

La tensión se mascaba en el ambiente, para colmo de sorpresas, Jesús mandó a la gente que se recostara en la hierba como se suele hacer cuando se va a disfrutar de una buena merienda campera con los amigos y, ¡de pronto!, ven a Jesús que toma los cinco panes y los dos peces alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente, y se ¡armó una fiesta padre! Allí, todo el mundo no hacía más que comer y comer, panes y peces, peces y panes hasta que ya no pudieron más. ¡Cómo sería la cena campestre, que todos quedaron satisfechos y hasta recogieron doce cestos llenos de sobras! No se les olvidó nunca esta faena de Jesús. Pero, ¿dónde he presenciado yo algo similar? ¡Ah! ya recuerdo, todos los domingos, en las Eucaristías que se celebran en nuestras parroquias, se reparte, también, un pan que sacia a todos los que lo prueban. Este pan es el Cuerpo de Jesús y Él ha dicho: “Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo” (Jn 6, 51). ¿Has probado este alimento de verdad? ¿Estás saciado?

EL CAMPANARIO

Creación de un fondo social en Cáritas para ayudar a las familias más afectadas por la pandemia

El fondo social, dotado de 500.000 euros, se destinará íntegramente a apoyar a las familias más afectadas por la crisis provocada por el covid-19, y será gestionado por Cáritas diocesana de Salamanca. A este fondo pueden sumarse libremente otras instituciones o personas.

 Mons. Carlos López, Obispo de Salamanca y presidente de Cáritas diocesana de Salamanca,  ha anunciado esta mañana en rueda de prensa la creación de un fondo social en Cáritas dotado de 500.000 euros con el que se pretende dar respuesta a la petición de ayuda de numerosas familias, que debido a la grave crisis producida a raíz de la Covid-19, se han quedado sin empleo,  padecen una ausencia de ingresos y no pueden hacer frente a sus gastos básicos (alquiler de vivienda, pago de suministros, medicinas,…).

La intención de promover esta red de protección social, a través de Cáritas diocesana, con una aportación significativa de fondos diocesanos fue manifestada por primera vez en el mensaje del Sr. Obispo del día 1 de mayo, sobre el “Día de trabajo amenazado”. En el que D. Carlos señalaba la finalidad de dicho fondo destinado a  “atender las necesidades de quienes han perdido empleo, salario y subsidios, de manera que nadie quede en desamparo y exclusión social”.  En su homilía del Corpus Christi aseguró que en breve se anunciaría la constitución de este fondo social “al que puedan sumarse libremente otras instituciones o personas”.

Un fondo gestionado por Cáritas diocesana

El Obispo de Salamanca ha aclarado que este fondo “no es un fondo diocesano en sentido propio”, ya que su gestión le corresponderá a Cáritas quien  “administrará ese dinero siguiendo su criterio básico de atender las necesidades primarias de las familias”.

Se trata de la primera vez que la Diócesis de Salamanca crea un fondo  de estas características,  como ha indicado D. Carlos López.  Ante las actuales circunstancias “ha habido una coyuntura providencial durante el año pasado, con legados y donaciones especiales que nos han permitido mantener las obras de restauración con cargo a los presupuestos y a la vez poder disponer de este fondo extraordinario para Cáritas”.  Esta dotación extraordinaria de 500.000 euros fue aprobada el pasado mes de junio por los consejos responsables de la administración diocesana, ante el convencimiento de que “la incierta evolución de la situación sanitaria y sus efectos laborales y económicos van a seguir haciendo necesaria una fuerte colaboración económica con Cáritas diocesana”.

Una decisión que es “una manifestación del orden de prioridades en el uso de los bienes económicos de la Diócesis, que consideramos más conforme a la fe y la misión de la Iglesia en las circunstancias actuales de emergencia laboral y económica que afectan a tantas familias”, como ha señalado el obispo. Pese a que se prevé una situación económica negativa al final de este año, D. Carlos considera  “que la caridad con los hermanos en grave ausencia de medios económicos es ahora más importante y urgente que otras relativas necesidades como, por ejemplo, las obras de restauración de iglesias o centros trabajo pastoral”.  En este sentido, el prelado ha subrayado que han querido ser fieles a la insistencia del Papa Francisco “queremos una Iglesia pobre y para los pobres y, si tenemos que vivir en más sobriedad pues lo asumiremos”.

Quienes deseen colaborar en este fondo social pueden “ponerse en contacto con Cáritas y manifestar su voluntad de participar haciendo aportaciones voluntarias, sin compromiso ninguno de continuidad”, ha indicado D. Carlos.  Por su parte, Carmen Calzada, directora de Cáritas diocesana, ha señalado que se habilitará una cuenta bancaria específica de Cáritas para este fondo social. “Es tarea de todos y esta responsabilidad la tenemos que compartir todos”, ha manifestado al tiempo que ha indicado que de esta crisis “o salimos todos o no salimos”.

Cáritas diocesana ha ofrecido ayuda a más de 1.500 familias desde el pasado 15 de marzo

NOTICIAS DE LA PARROQUIA

Con esta HOJA PARROQUIAL nos despedimos hasta el primer domingo de Septiembre. Durante el mes de Agosto la Parroquia estará atendida por

• Don MIKEL (Tfno.: 628583915);
• Don Pedro (Tfno.:602142011)
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